viernes, 22 de octubre de 2010

Recuerdos del Siglo XX



Nació en Octubre, de 1988, abrazada a una esperanza.

Latiendo al ritmo de un bombo constante y paciente se abría paso entre esa historia colosal a la que pertenecía.

Su cuna fue de chapa y de madera, con las paredes pintadas con el escudo peronista a un lado de la única puerta de entrada. Al frente y del costado derecho la leyenda ¡Volveremos! como consigna, o tal vez como promesa.

Donde nació?. En la esquina de J.B. Justo y San Lorenzo del Barrio Los Paraísos, un baldío que se limpió en complicidad con los vecinos para evitar que lo que fuera “La canchita”, se convirtiera en un basural olvidado.

El lugar para reunirse era modesto, una única sala de dos por tres, una mesa de madera con alguna silla donada o expropiada de alguna casa de vecino peronista y unos tablones clavados a la pared que servían de asiento.

En el verano el añoso sauce de la esquina solo brindaba algo de sombra. Como cocina, un calentadorcito eléctrico, como estufa para el invierno, lo mismo.

El mobiliario era tan pobre que una estatua de Perón hecha de barro, al decir de su propio escultor, era la única suntuosidad que se ostentaba.

Los volantes se hacían con máquina de escribir y “LETRACET”, que demandaban un paciente proceso de pegar letra por letra y que se trataba de enriquecer con algún dibujo a mano alzada.

Las reuniones comenzaban entrada ya la noche porque había que esperar a los compañeros que volvieran del trabajo.

Tan pequeña como un cofre era aquella Unidad Básica, La Puerto Argentino, casilla comprada con el esfuerzo y el aporte de todos, en donde por primera vez se nombró a la Agrupación con su nombre por hoy todos conocido.

La SUR nació de noche como un tango, como un amor prohibido o como esa idea que martilla en la cabeza frente a un papel en blanco y que obliga a tener que expresarla como sea.

La SUR comenzó a andar desde entonces con nuevos carteles y pancartas, de movilización y de fiesta, de retumbar de parches y pintadas, de festivales, días del niño, charlas debate, de peñas y de campeonatos de fútbol y de truco.

Así empezó a caminar y al poco tiempo ya no era una sola, fueron varias las básicas y compañeros que se sumaron, todos con esa misma esencia, como esperando a que llegara ese día de verse todos juntos.

Y la curiosidad de los más jóvenes se hizo servicio con el tiempo, la lucha compromiso. Así fue como el compañero se transformó en amigo y el amigo en hermano para siempre.

El destino de todos los que se reunieron en “La Puerto” aquel 4 de Octubre, por alguna razón o por algún designio, se fundieron en uno solo.

Quizás pudo haber estado en la idea del “Negro”, capitán indiscutido de ese barco.

O en la cabeza de Graciela o de Roberto…

Tal vez fue el sueño de alguien más, quien sabe quien o desde donde, que bendijo a ese grupo para siempre.

Lo cierto es que después de más de 20 años de vida, La SUR renace en cada aniversario para comprometerse nuevamente con esa mística de sus primeros pasos.

Raúl J. Vallejos

Imágen: Cuadro de Daniel Santoro "El sueño de la casa propia"

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